viernes, 6 de noviembre de 2015

Cultura aborigen


El término incluye tanto a las tribus aborígenes como a los isleños del Estrecho de Torres, entre Australia y Nueva Guinea. Juntos agrupan alrededor del 2.4% de la población actual de Australia. Hoy hay  más de 200 dialectos vigentes, pero solo 20 no están en peligro de extinción. Se cree que antes del desembarco de los europeos en Australia, la población aborigen era de entre 318,000 y 750,000 en el continente.
Todas las tribus eran nómadas y vivían exclusivamente de la naturaleza, de la caza y de la pesca.


Para ellos su culto está vivo en la naturaleza, al ser el medio que le da para vivir, la respeta y la venera. Esto es notable en la música, la pintura, y sobre todo en las historias que han resistido al paso de los años.
En ellas explican su filosofía de cómo el mundo surgió o de cómo el ser humano comenzó a vivir en soiedad. Una de las más importantes es la historia de Dreamtime, que cuenta cómo se creo el mundo y el ser humano:
"Dicen que llevamos aquí 40,000 años, pero son muchos más.
Llevamos aquí desde que el tiempo comenzó.
Procedemos directamente del Tiempo del Sueño de nuestros antepasados creativos. 
Hemos mantenido la tierra tal y como estaba el primer día.
Nuestra cultura se basa en registrar los orígenes de la vida. 
Nos referimos a las fuerzas y poderes que crearon el mundo como los antepasados creativos. 
Nuestro bello mundo ha sido creado tan sólo de acuerdo con el poder, la sabiduría y las intenciones de 
nuestros antepasados." 
En la historia cuentan cómo los espíritus pasados volvieron a la tierra para trabajarla, alimentarse y amarse, además de ir creando y transformándose en otros seres vivos. Desde plantas a animales, desde accidentes geográficos a animales.
Esta segunda historia cuenta cómo el agua llegó a la tierra. Para los aborígenes el agua es muy importante, sobre todo el agua dulce, de la que podían beber. Por ello, la serpiente del arcoíris es la que habita en los charcos y en los ríos, y es la que los creó:
Todo el mundo estaba dormido. Todo estaba quieto, nada se movía, nada crecía. Los animales dormían bajo la tierra. Un día, la Serpiente del Arco Iris, o Serpiente Madre, se despertó y subió a la superficie de la tierra. Apartó todo lo que estaba en su camino y creó enormes cadenas montañosas y gargantas mientras reptaba a través de todo el país. Cuando se sintió cansada, se enrolló y descansó. Después de haber estado en todos los lugares regresó y llamó a las ranas. Cuando estas salieron, sus rechonchos estómagos estaban llenos de agua. La Serpiente del Arco Iris las hizo cosquillas y las ranas rieron. El agua salió de sus estómagos y llenó los caminos que la serpiente había abierto. Así es como se crearon los ríos y los lagos. Entonces la hierba y los árboles comenzaron a crecer y llenaron la tierra de vida.
Representación de la Serpiente del Arco Iris, según la cultura aborigen australiana.
Pintura rupestre de la serpiente del arcoíris, la creadora de ríos y lagos de Australia.
 Además de estas historias y más, como la de la leyenda del canguro (que narra cómo se creó el animal), o Dreaming ( cómo cada persona contiene recuerdos de sus antiguos espíritus y los comunica al poblado reunido junto a la hoguera, a través de sus canciones ), otra forma de ver como el aborigen respeta a la naturaleza es la existencia de los tótems, animales que se les aparecen en sueños para protegerles. Cuando ocurre esto, al despertar, los aborígenes se juran no cazar ni comer nunca a estos animales. Por lo general pertenecen a la fauna típica de Australia; wallabies, kanguros, cacatúas amarillas, pitones …

Para invocar una buena caza solían hacer pinturas rupestres en cuevas y acantilados de la costa, donde abundaban más los asentamientos humanos.

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